La vorágine del fútbol argentino hizo que Martín Minella tuviera que superar rápidamente su frustración porque su reserva lo reclamaba y había que volver a estar frente a un grupo de jugadores sin que nada de lo ocurrido, antes, le hiciera bajar la guardia. A él se lo devoró el equipo como pasó con los otros entrenadores que llegaron a Colón con más chapa, antecedentes y hasta logros (Yllana, por ejemplo, fue el entrenador de Aldosivi, el último campeón). El fracaso fue de todos. Pero, al menos, Minella logró meter dos victorias consecutivas que abrieron un resquicio de esperanza momentánea que se esfumó rápidamente. Y le dio rodaje a alguno de los chicos.
-¿Qué pasó con Colón, Martín?
-Fue un contagio de cosas negativas y nunca nos pudimos levantar. Jamás estuvimos a la altura del torneo.
-Al menos, pudiste meter dos victorias consecutivas y parecía que la cosa cambiaba en ese momento…
-Nosotros ganamos dos partidos y eso nos hizo muy bien, pero enseguida vino el partido con Gimnasia de Mendoza, que se jugó muy bien, pero se perdió. Y eso nos hizo volver a cero, porque veníamos muy golpeados y cada cosa mala que pasaba, dolía más de lo normal.
-¿Por qué dolía cada golpe?
-Lo anímico fue fundamental durante todo el año, cada gol que nos hacían pesaba el doble y por eso nunca podíamos remontar un resultado adverso. Fue un problema de cabeza, ciento por ciento.
-A veces el problema de un equipo es el técnico y en otras, el equipo es el problema del técnico…
-Este es un plantel que, por nombres, no podía terminar así, de ninguna manera… Ezequiel Medrán los agarra en el final del torneo con toda esa carga anímica negativa y sin chances de clasificar, solo luchar para no descender… ¡Luchar para no descender a la tercera categoría!… Una locura para un club como Colón…
Su último partido como DT de la primera fue en la cancha de San Telmo. Ese día se fue muy mal. «No pateamos al arco», dijo. Pero quería dirigir contra Chacarita y los dirigentes decidieron que vuelva a la reserva y que lo haga Medrán.
Su último partido como DT de la primera fue en la cancha de San Telmo. Ese día se fue muy mal.
-Vuelvo a la pregunta del principio. ¿Qué pasó, entonces?
-Creo que las características de armado del plantel no ayudó, porque teníamos grandes jugadores pero con edad avanzada. Y creo que la categoría te exige otra cosa… Después, costó mucho saber de qué manera había que jugar… A veces, sacar un punto está bien, pero es Colón y estábamos obligados a ganar, pero resulta que cuando íbamos a buscar los tres, terminábamos perdiendo… Otro tema fue el de las jugadas de pelota parada en contra, un problema insoluble en el año… Y así podríamos mencionar otras cosas… Todos somos responsables.
-¿Vos decís que se falló en la elección de los jugadores?
-Nadie puede desconocer la jerarquía de jugadores que tiene este plantel, pero te voy a dar un ejemplo. ¿Cuál fue el mejor partido que jugó Colón el año pasado?
-No sé, decime vos…
-Contra Talleres de Córdoba en Copa Argentina, un muy buen equipo… ¿Y sabés por qué?, porque Colón tenía, como ahora, un plantel de Primera División, pero no para esta categoría… Te doy ejemplos: Forneris es un jugador de Primera y no de la B… Los 5 de esta categoría son aguerridos, posicionales, agresivos, de segunda pelota… No se juega por abajo en esta categoría y Alan es un jugador para manejar la pelota porque sabe y mucho… Matías Córdoba es un delantero de Primera, más fino, de buen toque. Y Ojeda es distinto, capaz que se adapta mejor a esta categoría… Bernardi es un jugador que necesita que el juego fluya y acá la pelota te pasa todo el tiempo por arriba y tenés que ir a pelotas divididas… A eso sumále las canchas, los arbitrajes… Y así puedo seguir
-Pero la mitad de los partidos los jugás en cancha de Colón…
-Es cierto y ahí se nos acaban las excusas, hay más espacios, linda cancha, el contexto de mucha gente… Lo único fulero es que los espacios se achican porque los equipos vienen a defenderse a Santa Fe.. Pero cuando salís afuera, es otra cosa y tenés que estar preparado.
-Ante el fracaso de los grandes, ¿te pedían que metieras a los chicos?
-Siempre pienso que a los que pongo es porque están a la altura, no es que los pongo a los chicos porque soy el entrenador de reserva… Pensé en su momento que el chico es más inconsciente y no carga la mochila del grande… Siempre al chico se le perdonan un poco más las cosas y yo pensaba que esa energía y esa mayor paciencia podía ayudarnos… Lo hice convencido.
-Entendiste que era el momento…
-Todos hablan, pero yo pregunto: ¿cuál es el momento?, cuando el equipo está bien, todos dicen para qué los pibes si el equipo anda bien.. Y si está mal, lo estás cargando de responsabilidad… ¿Y entonces? Los chicos deben tener sus oportunidades, porque si no, se van a otro lado, triunfan y nos quedamos con las ganas de saber qué hubiese pasado acá.
-La foto en la cancha de San Telmo que vio todo el mundo, ¿fue tu peor momento?
-Sí… ¡Lejos!… Perdimos dando una imagen muy mala, tenía una tristeza enorme y, como gente del club, sentí que le estaba fallando a mucha gente. No quise entrar al vestuario porque es el lugar de los jugadores, me quedé afuera y triste. Volvimos destruidos de ese viaje… Cuando no sale lo que trabajás, te sentís en deuda, defraudado…
-¿Más que en el partido en Jujuy, que terminó en goleada?
-Es que en Jujuy, en el segundo tiempo fuimos al frente, no nos dieron dos penales, el equipo estuvo presente… ¡Contra San Telmo no pateamos al arco!… No me sentí representado ese día, estaba muy triste.
-¿Te costó entender al Bicho Godano cuando a los dos o tres días te dijo que no ibas a seguir?
-Entiendo el argumento que me dieron los dirigentes, pero no lo compartía. Quería dirigir con Chacarita y creo que, para mí, era más fácil hacer el recambio generacional en ese momento… Tenía la duda si era justo para los chicos, porque el descenso estaba latente todavía… Yo creo que sí, que había que hacerlo… Y lo iba a hacer.
-¿Se puede jugar como uno quiere en esta categoría?
-Es una categoría que no te permite planificar demasiado los partidos, esa es la realidad… Todo el tiempo están luchando los centrales con los delanteros y hay que ver qué se genera a partir de eso… Y mucho trabajo en pelotas paradas… Nadie supera demasiado en juego, todos sacan ventajas por tirar pelotas largas y aprovechar errores. No se ven grandes desarrollos tácticos por parte de los entrenadores, las canchas son difíciles, los arbitrajes son raros porque se deja agarrar adentro del área…
-Eso es una locura incontrolable… ¡Hay diez penales por partido pero no se cobra ninguno!
-Nosotros íbamos a marcar en zona en las pelotas quietas, pero Pablo Bonaveri me dijo que no. ‘¿Para qué vas a jugar en zona si todos se agarran en las áreas?, hay que ir al hombre, nadie cobra nada’, me dijo Pablo… Es muy chiquito en lo que se puede sacar ventaja y no por un desarrollo táctico… Mucha pelota larga, mucho juego a la segunda pelota…
-En un recorrido que se hizo por el predio, preguntamos a quiénes están trabajando en las juveniles por la incidencia de Moreno y Fabianesi en la vuelta a los torneos de Afa y dijeron que no tuvo nada que ver…
-Si hay algo para destacar de este año tan malo, es que se esté jugando inferiores de Afa y el Proyección de reserva. Eso es espectacular porque te asegura el futuro… Está claro que la gestión de Iván no ha sido buena. Son datos y no opinión, basta con ver todo lo que pasó. Si al plantel lo armó él, tiene un grado de responsabilidad como todos los que formamos parte del proceso
-¿Y el tuyo?
-Quedé en deuda… Yo soñé con ocupar este lugar, imaginé siempre qué haría cuando me tocara y, en definitiva, los resultados marcan que soy parte responsable por esos siete partidos que dirigí… Pude en un rato, los dos que ganamos y el partido con Gimnasia de Mendoza, que fue bueno a pesar del resultado… No pudimos sostenerlo en el tiempo, ni cuando buscamos cambios tácticos o de nombre. Mi responsabilidad es la misma que la del resto… Mi mayor mérito es haber puesto a los dos Ibarra, a Paredes, a Yunis, a Laborié… A esos chicos los pusimos nosotros, porque con los otros entrenadores no jugaban. Es el patrimonio que le dejamos.
-¿Hay algo de lo que te arrepentís?, ¿Hay alguna enseñanza que te dejó este proceso?
-Me arrepiento de un montón de cosas… Quizás en el momento en que decidí sacar a los dos Ibarra para no dejarlos expuestos, tendría que haberlos sostenido porque son los jugadores en los que confío y a los que conozco… Por más que todos los jugadores metían el corazón en el entrenamiento y daban todo, en el campo de juego no lo demostraban… ¿Qué te quiero decir con esto?, que en el día a día veía que todo andaba bien, que dejaban todo en cada entrenamiento, pero en la cancha no pasaba… Capaz que debía sostener más a los chicos y morir con mi idea de renovar el plantel.
-¿Pensás que debiste tener un mayor respaldo de los jugadores de experiencia?
-¡Es que en el día a día me respaldaban!… Yo los ponía porque se esforzaban, entrenaban bien y poner a uno de experiencia es como operarte con el médico de más operaciones, pero eso no quita que se mande una macana… Y capaz que el recién recibido es una eminencia y te salva la vida… Yo creo que el joven tiene inconsciencia de la situación y el grande todo lo contrario. Entonces, debí ver esta situación para elegir.
-Y en contrapartida, pudiste meter dos victorias que luego no se repitieron y antes muy poco…
-Le damos mucho valor porque gracias a esas victorias no sufrimos tanto por el descenso. Pero al margen de eso, me gustaron las formas de esos dos partidos y el partido con Gimnasia de Mendoza… En esos, competimos como a mi me gusta… Y el problema de Ezequiel Medrán es que agarra el plantel en la parte final, con todo el peso de lo que se vivió durante todo el año… ¡Acá en Colón perdés dos partidos y no podés salir a la calle!, es bravo… Yo siento que le fallé a la gente, porque hasta mis amigos de Unión quería que el equipo ganara y que me fuera bien por mí… La realidad es que ni aún haciendo una campaña del 80 o 90 por ciento de los puntos nos iba a dar la chance de clasificar… Para mí, con nosotros se buscó armar una base para el año que viene…
-¿Pensaste en irte cuando te dijeron que ibas a dejar dirigir al equipo?
-Si… En realidad, pensé en irme de la conducción técnica luego de San Telmo, porque estaba muy mal… Cuando volvimos al trabajo el lunes, ya quería dirigir con Chacarita… Luego que me comunicaran la decisión de apartarme para la llegada de Medrán, enseguida me dí cuenta de que tengo un cuerpo técnico, tenía que pensar en la gente que está al lado mio y entonces volví al lugar que el club me contrató, que es para ser técnico de la reserva… Y los chicos me estaban esperando, son como mis hijos y esto es literal, somos muy presentes en eso, tratamos de ayudarlos en todo lo que podamos y no podía abandonarlos…
-¿Hablaste con las otras agrupaciones para ver qué se va a hacer el año que viene?
-Siempre me escriben para contarme cosas y los proyectos. Es una lástima que haya tantas listas… Me acuerdo que en Unión también pasó lo mismo… Esto que se vio de abrir las puertas a las otras agrupaciones estuvo muy bueno… Entre todos debemos sacar a Colón, hay que darle mucha importancia a lo formativo porque es lo más importante que tienen los clubes… Si usamos la plata de Forneris para pagarle a Espínola o la plata de Farías para pagarle a Viatri, hay una contradicción en el mensaje. No se puede pagar con la plata de la joya del club, como Farías, a un tipo que jugó siete partidos como Viatri… Central estuvo tres años en la B y no paró de fabricar jugadores, salieron Véliz, Lo Celso y saben que sus bases están ahí…
-¿Entonces?
-Entonces creo que no hay que errar en la columna vertebral. Y a partir de esos jugadores, más lo que tenemos en el club, debería alcanzar…
Fuente: El Litoral