Mientras el equipo busca cerrar el semestre de la mejor manera dentro del campo de juego, en los pasillos del club se viven días de intensa actividad dirigencial. Unión apunta a cerrar el año con sus cuentas equilibradas, y para ello espera cobrar antes de fin de año tres ingresos fundamentales derivados de ventas anteriores que aún tienen saldos pendientes. El club aguarda la acreditación del dinero correspondiente a Joaquín Mosqueira, producto de su pase a Racing Club, además de 300 mil dólares por la venta de Adrián Balboa, también a la entidad de Avellaneda, y otros 200 mil dólares que restan percibir por la transferencia de Mauro Luna Diale al Ajmat Grozni de Rusia.
Estas sumas, que en conjunto representan un alivio significativo para la tesorería rojiblanca, permitirían garantizar el normal funcionamiento del club en los últimos meses del año, cumplir con compromisos pendientes y llegar al cierre del ejercicio con un balance ordenado. Sin embargo, más allá del objetivo inmediato de “llegar a cero” en materia económica, la dirigencia tatengue analiza la posibilidad de destinar parte de esos fondos a una operación estratégica: la compra del complejo Casasol, un anhelo largamente postergado que Unión busca concretar para asegurar su patrimonio deportivo y formativo.
La semana pasada, se llevó a cabo un encuentro clave entre las partes, en el que existían grandes expectativas de cerrar la negociación. Si bien no se llegó a un acuerdo definitivo, las conversaciones continúan y hay optimismo en que el tema pueda resolverse en las próximas semanas. En el seno del club entienden que adquirir Casasol significaría un paso institucional histórico, al consolidar la base de trabajo de las divisiones inferiores y de los planteles profesionales. Pero, al mismo tiempo, el movimiento exige una planificación financiera precisa, en la que estos cobros pendientes juegan un papel determinante.
De concretarse la llegada de los fondos antes del cierre del año, Unión no solo podrá cumplir con sus obligaciones y sostener su estabilidad económica, sino también dar un salto patrimonial que podría marcar un antes y un después en su estructura deportiva.
Fuente: UNO Santa Fe