Inicio Colon El Chino Garcé habló de todo: Colón, Lerche, la Virgen y el desempate con Rafaela

El Chino Garcé habló de todo: Colón, Lerche, la Virgen y el desempate con Rafaela

by Luciano Villarroel

El ex defensor de Colón habló con La Nación sobre varios temas vinculados al sabalero.

¿De Colón te tuviste que ir por el famoso tema de la Virgen?

-Lo de la Virgen fue un detonante más, pero en el fondo me fui porque después de pelear el descenso e ir mejorando con los años, en un momento vi que estábamos para dar el salto de calidad y apuntar a ser campeones. Me senté con el presidente (Lerche) para plantearle que había que cambiar ciertas cosas para dar ese paso, como el cuerpo médico, por ejemplo, tipos que estaban hacía 30 años en el club por acomodo, como pasa en tantos clubes. Habíamos perdido a dos o tres jugadores por diagnósticos errados. O por ahí llegábamos a Buenos Aires y no había comida en el hotel. Le planteé eso a Lerche y no le gustó nada.

-¿Qué te contestó?

-Le recordé que al asumir, él mismo me había dicho que no sabía nada de fútbol. Y que alguna vez le tuve que prestar plata para solucionar cuestiones del plantel. “A mí no me interesa ganar más plata, quiero ser campeón”, le dejé en claro. Pero Lerche se llenó de soberbia, se la creyó, quizás porque se había acercado a Grondona, tenía un cargo en la Selección y se creía el más capanga por viajar con Messi en el avión. “Esto va a seguir todo igual”, me dijo. “Listo, yo me voy”, le contesté. Unos meses antes había pasado lo de la Virgen, ya venía medio pesado el tema. Di una nota y vaticiné lo que iba a pasar en el club. No me dejó jugar el último partido contra Banfield y me fui a despedir de mis compañeros al vestuario.

-¿A la Virgen la rompieron porque creían que traía mala suerte?

-Esa Virgen tenía cierta fama y el plantel la había empezado a mirar con desconfianza. Después de perder un clásico con Unión ya todos empezaron a preguntar: cuándo, cuándo, cuándo la sacamos, y entonces decidimos retirarla, restaurarla, porque estaba medio dañada, y ponerla en otro lugar, en el predio, por ejemplo. La verdad, si querés verla desde la espiritualidad, no da para poner una virgen en la tribuna de un estadio. Si bien no era el capitán, lo era el Bichi, yo manejaba bastante al grupo, y además estaba lesionado, entonces me hice cargo. Contacté a un restaurador y les di unas directivas a unos muchachos para que la lleven. El problema es que se les rompió en el traslado.

-¿Cómo siguió?

-Los locos estos me llamaron, desesperados. Les dije: “Háganla desaparecer que consigo otra”. Hablé con un escultor de Córdoba para que hiciera una igual. Jamás imaginé que se generaría semejante escándalo, la gente se puso loca, se metió la iglesia, aparecieron carteles de “Garcé hereje”, todo era desconcierto. “Muchachos, yo firmo que me hago responsable de esto”, le aclaré al plantel. No me gustó la actitud de muchos compañeros que se abrieron de gambas, me decepcionaron, me di cuenta de que como grupo no estábamos bien y ahí empecé a sentir que tenía que irme. Y le conté al presidente lo que pasó. En síntesis: la cagada mía fue confiar en gente que no debía y que rompió la Virgen. Porque nuestra idea original era restaurarla y cambiarla de lugar, pero lo hicimos de modo algo inconsciente. Empecé a tener toda la prensa en contra, sobre todo del grupo Vila, que estaba enfrentado con Grondona y aprovechaba para pegarle al club de Lerche. Así que en esos medios tenía notas en contra todos los días.

El desempate en Rosario

Ariel Garcé tuvo un paso más que fructífero en Colón pero su salida fue, al menos, polémica. el destino hizo que juegue el desempate que terminó con Colón en el descenso, mirá lo que dijo sobre eso.

También te tocó enfrentar a River en el Monumental en 2011, cuando se jugaba todo por no descender (1-1).

-Otra muy difícil, se notaba la tensión. Esa noche me peleé en pleno partido con Pavone, que me pedía que fuéramos para atrás. Yo lo saqué cagando. Pavone no podía pasar ni a un cono. “Por culpa de ustedes River está así, vos viniste hace dos meses, yo estuve diez años”, le contesté. Todo bien con Pavone, pero nos puteamos por eso.

¿Qué sentiste que en tu último partido como futbolista, con Atlético Rafaela, le ganaran el desempate por el descenso a Colón?

-Fue horrible, durísimo, porque es un club al que le di un montón durante cinco años y además tengo amigos fanas de Colón. Encima mis compañeros me levantaron en andas, era mi último partido, parecía demasiado.

Definí a Colón y a Central.

-Son dos muy grandes del interior que conviven con su rival en la misma ciudad y tienen más de la mitad de los hinchas allí. Son clubes bastante sufridos los dos: Colón nunca ganó nada, y la gente no se quiere morir sin verlo ganar, el mejor ejemplo fue la final de la Sudamericana. Y Central va para 35 años sin ganar el campeonato. No sé si hay un hincha tan fanático como el de Central, está todo el día pintando la calle, va con la camiseta puesta a todos lados, con la toalla, en cualquier lugar del mundo te cruzás con un hincha de Central.

La murra más fuerte que diste.

-Una a Colazo. Tiene una linda historia detrás. Con Riquelme nunca me llevé bien, no me agradaban sus formas, y nos hemos puteado en la cancha. Hace no mucho nos cruzamos en Mar del Plata, yo iba con Placente, que es amigo de ambos, él se paró a saludarlo y yo seguí de largo, se ve que es algo mutuo (risas). Bueno, en un partido en cancha de Colón, nos metió un tiro libre al ángulo, perdíamos 1-0, yo estaba medio enloquecido y le dije a (árbitro) Loustau, que era nuevito: “Dame una para Riquelme, una sola, dame una”. Lo volví tan loco, que cuando faltaban cinco minutos me hizo como un gesto de aprobación. O eso me pareció a mí. Lo salí a buscar, pero Riquelme tocó de primera, yo venía con el envión, no me pude frenar y lo levanté por el aire a Colazo. Loustau me expulsó.

El mejor DT que tuviste

-Mohamed y Martino. Al Tata lo tuve poco en Colón, pero me pareció muy bueno. Y el Turco es el que más sabe y me encanta la persona. Cuando llegó, estábamos peleando por no descender y los primeros días nos puso a hacer jueguitos de cabeza, nos matábamos de risa. “Nos llegan a ver así los hinchas y nos matan”, pensaba, pero le ganamos 2-0 a Independiente, remontamos y zafamos. Y siempre con esa alegría.

Fuente: Nexo Diario / La Nación

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