Alma Juniors de Esperanza dispone de una base joven, sólida, agresiva y con expectativas. Gente con ambición y de gran proyección acompañada por la cuota justa y necesaria de experiencia. Todo impulsado desde su propio semillero, lo que genera optimismo de cara al futuro. Mucho talento y a corta edad.
Todo eso favoreció la convocatoria de varias chicas a los seleccionados de la Asociación Santafesina en los últimos años. Algunas que nutrieron al combinado local fueron Tamara Roldán, Sofia Zingerling. Milagros Argüello, Clara Tolisso, Guillermina Lesca, Paulina Olsen, Regina Gonella, Estefanía Riedel, Camila Soldavini, Serena Pioli, Josefina Milano, Ailen Braida, Marianela Simonutti, Sarina Simoneit, Guillermina Nagel, Valentina Potolicchio, Camila Riedel, Agustina Visintini, Morena Gross, y Leonela Simoneit. En los últimos años, fue protagonista de varios certámenes como así también alcanzó la consagración en varias categorías inferiores. La apuesta está en seguir creciendo.
Ailén Braida llegó en 2016 y quedó maravillada con lo que se encontró. “Tuve la suerte de sumarme a un equipo que tenía muy buenas pretensiones y eso me gustaba mucho, afrontar nuevos y lindos desafíos. Siempre voy a estar agradecía con el club y mis compañeras, me encanta ser parte de la gran familia del hockey de Alma”.
En esta temporada, las “Lobas” fueron una de las pocas formaciones que tuvieron actividad oficial. Fue con el Regional “F” del cual fue anfritión y se consagró. Sobre el título, la delantera afirmó que “Más allá de cumplir con el objetivo en el regional, el equipo me dejó una sensación sumamente positiva. Se incorporaron muchas chicas de categorías inferiores que se supieron adaptar bien y mostraron comodidad. Eso me pone muy contenta, creo que logramos formar un equipo que permanecerá, y que tiene muchas ganas de buscar lo más alto”.
La referente de ataque del elenco esperancino analizó el presente del equipo. “La competencia de la ASH tiene equipos muy fuertes con jugadoras destacadas. Alma hoy en día está buscando llegar al nivel de esos equipos. Si bien muchas veces hicimos buenos partidos, esto es un proceso que lleva su tiempo. Hubiese sido un gran año pero hay que cuidarse y tener paciencia”.
Un paso hacia delante
Alma presenta una destacable cantidad de argumentos que alimentan sus aspiraciones de pelear arriba. El desafío más exigente que tiene es mantener todo lo bueno que hizo y corregir ciertos aspectos. Sobre esto, la jugadora ofensiva resaltó que “El salto de calidad lo dimos enfocándonos en que había que hacer buenos entrenamientos para luego poder cambiar los resultados. Por eso durante todo el año trabajamos con preparaciones físicas ya sea con palo, fuerza o potencia. En cuanto a los entrenamientos tácticos y técnicos, trabajamos específicamente según posiciones o ataques y defensas. Además, las arqueras tienen sus entrenamientos diferenciados con su entrenador. Por otro lado, también se analizan videos ya sea de partidos nuestros o de otros equipos para observar las situaciones que se van presentando”.
La línea esperancina fue una de las primeras en volver al ruedo con las prácticas en este difícil momento que generó la pandemia. Ailén Braida destacó que “Estamos muy contentas de poder volver a entrenar. Extrañábamos mucho el poli y la cancha, y personalmente a mis compañeras. Entrenamos en grupos reducidos de hasta 10 jugadoras, sin ejercicios de roce o partidos, que si bien se extraña, agradecemos el poder entrenar y cumplimos con el protocolo. En cuanto a los trabajos físicos, lo hacemos con normalidad, respetando el distanciamiento. Los entrenadores se encargan de desinfectar los elementos luego de que los utilizan los grupos. Queremos estar a punto para cuando vuelva a rodar la bocha”.
Fuente: Prensa ASH
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