Inicio Union El predio propio, una histórica deuda que pretende saldar la gestión Spahn

El predio propio, una histórica deuda que pretende saldar la gestión Spahn

by Luciano Villarroel
Hay muchas formas de crecer en el fútbol. A veces se consigue de un año para el otro con una buena campaña, a veces también con alguna (o algunas) buena venta. Y un camino totalmente necesario, porque es la siembra para recoger luego la cosecha, es creando una buena infraestructura. El eje de un proyecto deportivo no se basa sólamente en “darle bolilla” a las inferiores; ni siquiera en destinar dinero para esa inversión (algunos la entienden, equivocadamente, como un gasto). El eje de un proyecto deportivo también se fundamenta en la infraestructura. Y Unión no la tiene; o por lo menos, no la tiene en la medida de las exigencias actuales, con un espectro competitivo que contempla un plantel profesional que juega en el máximo nivel del fútbol argentino (ahora con inserción internacional), todas las categorías jugando en Afa y Liga, más la escuelita.
Unión está de “prestado” en el día a día. De “prestado” —o alquilado— en Casasol con el plantel profesional y reserva; y lo mismo en Los Molinos con las inferiores. Tiene una mínima infraestructura en La Tatenguita, un predio muy lindo pero que no alcanza para las exigencias actuales, más la cancha auxiliar detrás de la tribuna redonda. Es decir, prácticamente poco y nada para lo que realmente se está necesitando. Durante el período preelectoral del año pasado, las tres agrupaciones que se presentaron —incluyo también en este análisis a Tate Campeón porque seguramente será un objetivo a cumplir si es que alguna vez llegan a ser gobierno— discutieron, presentaron propuestas y promesas basadas en varias cuestiones vinculadas a la infraestructura. Muchos creen que la prioridad es terminar la tribuna que se construyó a medias, algo que también debe ser un objetivo a cumplir en el próximo tiempo. Pero sin dudas que la construcción de un predio es una necesidad en sí misma.
Todas las plataformas electorales apuntaron a eso, a la compra de un predio. La pregunta es: ¿debe ser algo a cumplir por la actual comisión directiva?. De hecho que sí, que la responsabilidad es de aquellos que gobiernan el club, pero esto es algo que excede a todos, porque es una cuestión de estado en el club y porque seguramente —salvo que sorpresivamente pueda aparecer algo “sacado de la galera”— excederá a lo que pueda hacer esta comisión directiva a la que le faltan menos de dos años de gobierno y deberá completar, llegado el caso, la o las comisiones que vengan en el futuro. Hablo de cuestión de estado porque no es la decisión sobre la compra de un jugador, la apuesta por un entrenador y ni siquiera la concreción de un proyecto deportivo que se puede dimensionar en el corto plazo. La compra de un predio es para siempre. Es una decisión de base, casi “fundacional” si se permite la expresión. Y basta con señalar que semejante erogación deberá, por estatuto, ser aprobada por una asamblea extraordinaria de socios.
¿Hay propuestas hasta ahora?, ninguna. Por lo menos, que se sepan. ¿Y el predio de la Liga Santafesina?, algo se dijo y se dice. Si sirve o no, es lo que se tiene que estudiar a fondo. Se compra de una sola vez y para siempre. La cantidad de canchas, el espacio, el lugar, la accesibilidad, son cuestiones clave. Si las canchas no están en buenas condiciones, se soluciona; si lo construido (el predio tiene un hotel) no satisface las expectativas, se arregla. La Liga pagó una parte del predio y debe el resto. Hay dos preguntas que nadie responde, de este tema puntual: ¿Le interesa a Unión el predio de la Liga?, ¿hizo alguna oferta concreta?. Algunos dicen que sí, otros dicen que no. La Liga tiene una deuda importante y probablemente muy difícil de poder cumplir en el futuro, más todo lo que significa el costo de mantenimiento de ese lugar. ¿Es para aprovechar?, uno supone que sí, aunque esto merece un debate bien profundo. Uno menciona el predio de la Liga porque es algo que, en poco tiempo, se podría tener a disposición. Obviamente que no es la única posibilidad, que existen otras y partiendo de la base de arrancar de cero para hacerlo a imagen y conveniencia. Pero por algo hay que arrancar.
Unión no ha tenido, como le pasó a otros clubes, ingresos extraordinarios en estos últimos tiempos que le permitan disponer de fondos. Luis Spahn, presidente y principal acreedor del club, es alguien que se ha destacado por su veta comercial, empresarial y emprendedora en sus negocios particulares. Fueron visioneros aquéllos que hace más de 40 años pensaron en La Tatenguita. El fútbol es otro, ha cambiado y se ha desarrollado de forma tal que ese predio ya no satisface las necesidades. Si en algo coincido con el presidente Spahn, es en aquella propuesta de vender La Tatenguita —predio ubicado en un lugar de excelencia— para contar con el dinero suficiente para construir otro más grande y con todas las comodidades, no sólo para la práctica de todos los deportes, con el fútbol como “estrella” naturalmente, sino también para lo que el socio reclama y disfruta de La Tatenguita. No tuvo eco.Insisto en que el predio es tan necesario como “fundacional” para Unión. Es de una sola vez y para siempre. Por ende, trasciende a cualquier comisión directiva. Y ahora que existe una participación política activa desde el oficialismo y los sectores opositores, es una linda excusa para debatir. Y para ayudarse. Por algo, todos plantearon en sus plataformas políticas y prometieron que iban a comprar un predio para construir la infraestructua que hoy Unión no tiene.
Los tiempos cambian
Antes, una cancha alcanzaba. Hace poco, observando el archivo de El Litoral, se observaba que los partidos de Liga Santafesina se jugaban en la cancha principal, que, inclusive, también servía de escenario para partidos de otros equipos que no tenían cancha y hacían las “veces de local” en cancha de Unión o de Colón. Esto, sumado a los entrenamientos —tanto los físicos como los futbolísticos— que también se hacían en el castigado campo de juego, hacían que la cancha principal se utilice todos los días (o casi todos los días). Así quedaba también. Ahora, el campo de juego (el de Unión y el de todos los equipos que juegan en Primera, al menos) se utiliza exclusivamente para los partidos oficiales, para los encuentros de reserva y para algunos pocos amistosos —no todos— con lo cuál se mantienen a la perfección. O al menos se intenta.
Hoy el fútbol demanda la necesidad imperiosa de un predio y todos los clubes —al menos la inmensa mayoría— se han compenetrado con ello y lo poseen. Inclusive, instituciones más chicas que Unión (como puede ser Defensa y Justicia, por historia y arrastre popular) o de otras categorías, como por ejemplo ocurre con Villa Mitre de Bahía Blanca, a quien Unión tuvo que enfrentar hace varios años, cuando militaba en la B Nacional. Los tiempos han cambiado, las posibilidades económicas son otras y nadie escapa a esta realidad del fútbol moderno.
Fuente: Enrique Cruz (H) para El Litoral

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