Colón atraviesa una semana determinante. Con la mira puesta en el duelo del próximo lunes a las 18 en el estadio Brigadier López, ante San Telmo, el equipo sabalero ajusta detalles en la previa de un partido que puede marcar un antes y un después en su temporada… y también en el ciclo de Ariel Pereyra. La derrota ante Agropecuario dejó secuelas no solo en la tabla, sino también en la confianza del plantel. Colón quedó a cinco puntos del líder Gimnasia de Mendoza en la Zona B de la Primera Nacional y sabe que otro tropiezo puede complicar aún más su camino hacia los puestos de privilegio. Por eso, el choque frente al conjunto de la Isla Maciel se presenta como una especie de “final anticipada”.
Para este encuentro, Ariel Pereyra prepara variantes importantes. La buena noticia es el regreso de Alan Forneris, quien dejó atrás un esguince y volverá a ser titular en la defensa. Pero las preocupaciones no cesan: el DT no podrá contar con Christian Bernardi ni con Joel Soñora, ambos descartados por sendos desgarros. A ellos se suman las ausencias ya conocidas de Genaro Rossi y Jorge Sanguina, que siguen recuperándose de distintas molestias físicas. Con un panorama complicado en cuanto a nombres, el entrenador sabalero también evalúa un cambio de esquema: podría abandonar el habitual dibujo táctico para apostar por un 4-4-2 más equilibrado, buscando solidez en la mitad de la cancha y mayor presencia en ataque. Las pruebas se intensifican en los entrenamientos, donde la lucha por un lugar en el once titular está más abierta que nunca.
La tensión en el entorno rojinegro es palpable. Aunque desde la dirigencia no se expresaron públicamente, se sabe que el duelo ante San Telmo será determinante para el futuro inmediato de Pereyra. Una victoria podría renovar la esperanza y sostener el proyecto; una nueva caída, en cambio, lo dejaría al borde de la salida. Colón necesita una reacción urgente. El lunes, ante su gente, tendrá una oportunidad clave para cambiar el rumbo y volver a ilusionarse. Pero también será una prueba de carácter para un equipo golpeado y un entrenador que camina por la cuerda floja.
Fuente: UNO Santa Fe
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