En las primeras horas del día martes se conoció el deceso de Gisleno Medina a la edad de 78 años, quien se encontraba radicado en Cuernavaca, México. El zaguero central (hermano de Orlando), fue una de las glorias sabaleras que consiguieron el primer ascenso de la historia de Colón, tras consagrarse campeones del Campeonato de Primera B en 1965. En total, disputó 53 partidos en la institución durante dos temporadas, marcando un gol.
Además, el defensor uruguayo jugó en Cerro, Cúcuta Deportivo de Colombia y Atlante de México. Formó parte del seleccionado charrúa en 1963, en un Panamericano que se disputó en Sao Paulo, Brasil. El ocaso de su carrera llegó abruptamente, debido a que tenía un solo riñon desde su nacimiento. Lo extraño de todo esto es que hasta el momento en el cual se le descubrió la faltante -jugaba en México-, todos los controles anteriores habían sido superados óptimamente sin inconvenientes.
La marcha sabalera
Sin dudas uno de sus mayores legados a la institución es el de haber sido uno de los compositores de la “Marcha Sabalera”; uno de los himnos que todos los simpatizantes de Colón entonan desde aquel primer ascenso hasta nuestros días. En la tarde del 14 de diciembre de 1965 en cancha de Atlanta frente a Deportivo Español (victoria por 1 a 0 con gol de Obberti y ascenso asegurado), Gisleno se lesionaría gravemente y terminaría el encuentro entonando varias canciones sabaleras, entre ellas la mencionada marcha. La misma es una adaptación a un conocido cántico futbolístico charrúa -cuatro jugadores del plantel provenían de Uruguay-, famoso por entonarse en el mítico “Maracanazo” en el cual Uruguay se consagró campeón mundial en Brasil, ante Brasil, como así también en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, de donde surge originalmente.
Ubicado en la memoria grande de Colón
Nacido el 21 de octubre de 1941, sin dudas que su deceso es un gran dolor para la entidad de Barrio Centenario, pero que en su memoria dejará perpetrado un legado eterno bajo las estrofas de uno de sus himnos más conocidos.
Fuente: Aire de Santa Fe
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