Mientras Colón atraviesa semanas definitorias desde lo deportivo y lo institucional, en paralelo comienzan a aparecer situaciones contractuales sensibles que podrían impactar directamente en el futuro inmediato del plantel. Dos nombres propios asoman en este contexto: Conrado Ibarra y Lautaro Gaitán.
Por un lado, Ibarra tiene vínculo vigente hasta el 31 de diciembre, por lo que si no hay acuerdo de renovación en los próximos meses quedará con el pase en su poder a fin de año. El juvenil se mantiene en consideración dentro del plantel, pero todavía no hubo señales firmes de parte de la dirigencia sobre una propuesta formal para extender su estadía en el barrio Centenario.
El caso más delicado es el de Lautaro Gaitán, quien ni siquiera posee contrato profesional con Colón. El volante disputó cuatro partidos en la temporada, tres de ellos como titular —siempre reemplazado— y otro ingresando desde el banco. Pese a esa participación, el jugador continúa en condición de amateur y si no firma su primer contrato en el corto plazo quedará libre, con la posibilidad de emigrar sin dejarle un peso a la institución.
Este escenario genera preocupación entre los hinchas, acostumbrados a ver cómo varias promesas del semillero emigran sin retorno por falta de previsión dirigencial. Tanto Ibarra como Gaitán representan parte del capital futbolístico que Colón debe resguardar, más aún en un contexto donde la economía del club necesita nutrirse de sus juveniles. La pelota ahora la tiene la dirigencia: resolver rápidamente estos casos será clave para evitar que dos valores jóvenes se escapen en silencio y sin rédito para la institución.
