La delegación de Unión ya se encuentra en Ecuador, a la espera del compromiso de este miércoles a las 23 (hora argentina) frente a Mushuc Runa, por la tercera fecha del Grupo E de la Copa Sudamericana. El partido se disputará en los 2.750 metros de altitud de Riobamba, en un desafío que no solo será futbolístico, sino también físico y logístico. El plantel tatengue se instaló en Quito, donde entrena por la mañana y se adapta a la altura, antes de emprender rumbo el mismo miércoles hacia la ciudad del partido. La planificación del cuerpo técnico apuntó a reducir al mínimo la exposición a los efectos de la altitud, por lo que el viaje hacia Riobamba está programado luego del desayuno del miércoles. Tras el encuentro, Unión pernoctará en Riobamba, y el jueves emprenderá el regreso a Quito, desde donde partirá hacia Santa Fe. El arribo a la capital santafesina está previsto para el jueves a las 15.30. La agenda no da respiro: sin chances de avanzar en la Zona A del Torneo Apertura de la Liga Profesional, el equipo de Nicolás Vazzoler deberá afrontar un nuevo compromiso local el próximo lunes, desde las 15, ante Barracas Central.
Con tres puntos en dos partidos, Unión llega al duelo en Ecuador con la intención de rescatar un buen resultado. Una victoria en la altura de Riobamba lo consolidaría como uno de los principales candidatos a pelear por la clasificación luego del porrazo ante Palestino en Chile, mientras que el empate también sería saludable en función de lo que luego le resta en el grupo (dos partidos de local y uno de visitante). A pesar del desgaste físico que implica la seguidilla de viajes y partidos, en Unión hay confianza de que se puede dar un paso clave en la Copa. La Sudamericana se transformó en el gran objetivo del semestre, en un contexto donde las aspiraciones en el torneo local ya se diluyeron.
Tras el encuentro del miércoles, el foco se trasladará rápidamente a la Liga Profesional. Aunque ya sin chances de clasificar a la próxima fase, Unión buscará cerrar el campeonato con otra cara y sumar puntos que alimenten el promedio pensando en la próxima temporada. En un calendario comprimido y exigente, el plantel se mentaliza para cumplir con una doble competencia que exige planificación al detalle. Y, por lo pronto, en Ecuador ya empezó a jugarse un partido que puede marcar el rumbo de su semestre.
Fuente: UNO Santa Fe
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