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Marcos Capocetti y la experiencia de conducir al equipo liguista de Unión

by Luciano Villarroel

Desde hace muchos años, la primera división del fútbol liguista en Unión está comandada por alguien que conoce muy bien lo que es vestir el manto unionista: Marcos Capocetti. Cuando se pronuncia su nombre a aquellos que tienen una gran memoria, responden: “¡Qué pegada tenía, te rompía el arco”. Marcos jugó 496 partidos y convirtió 46 goles (muchos de ellos de tiro libre) en 3 categorías de Argentina (Primera, Segunda y Federal A).

Con el paso de los años, el actual entrenador rojo y blanco ha visto en muchas canchas de Liga grandes jugadores que luego llegarían al fútbol profesional. A través de la formación, trata de transmitir la experiencia que adquirió como jugador y que pudo captar de momentos como ser parte de la selección juvenil, a cargo de Bilardo y Menotti. Una persona para escuchar, aprender y destacar.

-¿Cómo te imaginas este nuevo torneo liguista?

-La verdad que hoy la Liga se ha puesto muy competitiva. Cualquiera le gana a cualquiera, en algunos casos los nombres a veces pesan. Los de San Justo, El Quillá, La Salle, Unión, Colón, Argentino, La Perla son generalmente protagonistas, pero hoy realmente todos compiten. Los entrenamientos son todos excelentes, todos entrenamos iguales. Desde lo físico se emparejó muchísimo. A mí me gusta mucho porque además, se han mejorado también las canchas. Ojalá que siga evolucionando así, porque va a mejorar mucho el nivel.

-¿Cómo ves al equipo hoy?

-Mira, tenemos chicos de 16 y 17 años. Hemos pasado el primer torneo donde al equipo le costó, seguramente el hecho de comprender cómo se juega esta Liga, con gente más grande, de más experiencia y con otro roce. Pero han madurado partido tras partido. Tácticamente ellos saben lo que uno quiere y pretende. Siempre enfocándonos en lo que se centra el club. La idea es que los chicos crezcan y maduren para poder ser tenidos en cuenta en la Primera División.

-¿Qué diferencia tiene esta Liga con la que vos jugabas hace varios años?

-Mirá, yo todavía me siento parte porque fui uno de los jugadores que salió de la Liga. Tenía 14 años cuando Unión me vino a buscar, estaba en Pucará ya codeándome con jugadores más grandes. Hoy me parece que eso cuesta un poco más, conseguir ese roce, adaptarse al estado de las canchas y la gente, pero hay mucho para crecer.

-¿Cómo fueron tus inicios en Unión?

-La verdad es que tuve suerte. Antes de llegar a Unión, estuve 15 días en Estudiantes de La Plata con un seleccionado de diez jugadores de Santa Fe. Fui el único que quedó. En ese entonces, el entrenador era Rubén Cheves, quien me consultó sobre qué iba a hacer, pero la decisión era de mis padres. Se vino a Santa Fe para hablar con ellos. Mi papá quería que vaya pero mi madre no, por el estudio. Finalmente me quedé jugando en Pucará y casi de inmediato me llegan las dos oportunidades de Colón y Unión. Mi padre tiraba más para el sabalero, pero nos terminamos decidiendo por el tatengue porque en esa época estaba mejor a nivel institucional y dirigencial. Cuando me contrataron, empecé a jugar rápidamente en la Liga Santafesina. Un tiempo después, pude participar de la selección juvenil con Bilardo y Menotti. Una experiencia de mucho aprendizaje. Todo lo que conseguí durante 18 años a nivel profesional, fue a base de esfuerzo y a un montón de cosas que me enseñaron mis padres, quienes me dieron una mano muy grande para poder hacer mi carrera.

-¿Tratas de transmitir tu experiencia, esfuerzo y sacrificio para los más chicos?

-Por supuesto sí. Créeme que sin esfuerzo y sacrifico, hoy es difícil. Si no hay trabajo ni disciplina es muy complicado conseguir cosas buenas en el fútbol. Por eso, trato de inculcarles eso a los más jóvenes para que entiendan que es muy importante. Ellos a veces me dicen: “profe, entramos a YouTube a ver goles suyos, la pegada que tenías y cómo te ubicabas en el terreno”. Entonces trato de agarrarme de eso para hacerles notar la oportunidad que tienen en Unión, el club les brinda todo para que tengan lo que necesiten al alcance de la mano. Solo les queda entrenar, trabajar, esforzarse. Tener disciplina y ser una gran persona. Por eso el enfoque de la institución hoy es la etapa de juveniles. La idea general para todos los que trabajamos en el club es tener los 16 jugadores del plantel de AFA surgidos en las canteras del club.

-Se trabaja desde un costado especial, además de lo futbolístico…

-Sí, así es. Tenemos psicólogos que trabajan con los chicos en ese sentido, también nutricionista por si le cuesta en la alimentación. Nos organizamos para hacer charlas, y les hacemos entender que cuando tengan algún problema fuera de la cancha, nos lo pueden transmitir a nosotros. Así lo hablamos con los especialistas para darles alternativas y que lo puedan solucionar. En la etapa del formador tenes que estar en todos los detalles, porque puede que el chico esté entrenado de manera excelente, pero si mentalmente no está bien, las cosas no van a funcionar.

-¿Es necesario hacerles sentir que el club es su segunda casa?

-Si, totalmente. Hay muchos que no tienen la familia completa, y necesitan apoyarse en alguien. Y ese apoyo somos nosotros, que además de ser formadores pasamos a ser padres y madres de los chicos. El objetivo es que el día de mañana, lleguen o no a ser jugadores profesionales, sean buenas personas y se puedan desarrollar en la vida abiertamente.

Fuente: El Litoral

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