Rusia le dio hoy a su Mundial una nueva sorpresa al eliminar a España en la definición por penales, por los octavos de final. Luego de haber igualado 1-1 en Luzhniki, por los goles de Sergei Ignashevich en contra y Artem Dzyuba, el local se impuso 4-3 en los tiros desde los doce pasos. Igor Akinfeev, el arquero ruso, fue la gran figura durante los 120 minutos de juego, y directamente héroe al tapar dos penales en la serie definitoria.
Desde el comienzo, España se adueñó de la pelota frente a un rival que mantuvo todo el tiempo un rocoso esquema 5-4-1 y apostaba a tirarle pelotazos al grandote Dzyuba las pocas veces en las que se hacía del balón. Pero a los ibéricos les costaba penetrar en la fortaleza rusa, y recién a los 11, con una pelota parada, pudo abrir el marcador. Tan preocupado estaba Ignashevich por marcar el siempre peligroso cabezazo de Sergio Ramos, que quedó de espaldas a la pelota y no la vio venir cuando le dio en el taco y se metió en su arco. La fórmula del local era tirarla para arriba y que se arreglara Dzyuba mientras sus compañeros intentaban llegar. Así, a los 35, el gigante que juega en el Arsenal Tula se la bajó a Aleksandr Golovin, quien sacó un derechazo apenas ancho por el poste izquierdo. Cuatro minutos más tarde, Dzyuba volvió a ganar de arriba y su cabezazo dio en uno de los brazos de Gerard Piqué. Penal y gol a los 40 del grandote, que colocó su envío desde los doce pasos abajo y a la izquierda de David De Gea, quien se arrojó hacia el otro lado. España siguió buscando, pero Akinfeev le negó el gol las pocas veces que logró ser profundo.
A los conducidos por Fernando Hierro les faltaban ideas, y a los dirigidos por Stanislav Cherchesov les faltaban ganas. Es más, a los 19 del segundo tiempo sacó a Dzyuba, que no aguantó más el desgaste de luchar solo frente a la última línea española. A los 39, Akinfeev volvió a salvar a su equipo con una doble atajada, primero a Andrés Iniesta y en el rebote a Iago Aspas. Así se llegó al alargue, que mantuvo las mismas características en cuanto al dominio de uno y la resistencia del otro. Hierro probó con el ingreso de Rodrigo, y el atacante, fresco, frente a una defensa cansada, casi le paga a los 3 minutos del segundo suplementario con una buena acción individual que terminó con una nueva salvada de Akinfeev.
Nada cambió en esos 30 minutos, y los rusos vivieron como un premio haber llegado a la definición con tiros desde los doce pasos. Y claro que fue un premio. Akinfeev, el mismo que había colaborado con grandes atajadas durante los 120 minutos, tapó dos envíos, primero a Koke y luego a Iago Aspas, y se convirtió en héroe nacional, como Lev Yashin, aunque esta vez la araña fue azul.
